En la totalidad de las estadísticas nacionales e internacionales que consultamos (ISEV, Luchemos por la Vida, Organización Mundial de la Salud, Administración Nacional de Seguridad del Tránsito, entre otras), queda comprobado que, en el nivel mundial, el 75% de todos los accidentes de tránsito son precedidos por algún tipo de distracción del conductor.
En ellas también está demostrado, hasta científicamente, que conducir mientras se habla por teléfono produce dispersiones en la atención que aumentan entre cuatro y nueve veces el riesgo de accidentes.
En nuestro país, el artículo 48 de la ley de tránsito Nº 24.449 dice que está prohibido "conducir utilizando auriculares y sistemas de comunicación de operación manual continua", pero es algo que muchos conductores desestiman o desconocen, ya que, según las últimas cifras arrojadas por el gobierno porteño, las multas por conducir hablando por el celular ya ascendió al quinto puesto del ranking de infracciones viales.
Según el último informe de los investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de Utah, manejar hablando por teléfono resulta más peligroso que conducir ebrio. En las pruebas que se realizaron, los conductores que usaron teléfonos celulares fueron 5,36% veces más propensos a tener un accidente que los conductores sin distracción.
A los usuarios de teléfono les fue aun peor que a los que estaban ebrios, ya que hubo tres accidentes entre los que hablaban por teléfonos celulares y en todos chocaron con la parte posterior del vehículo de seguridad. En contraste, no hubo accidentes registrados entre los participantes que estaban ebrios ni en el grupo sobrio que no usó un teléfono celular.
Todas las investigaciones coinciden en que hablar por teléfono mientras se conduce reduce el tiempo de reacción en alrededor del 10% en términos del frenado y en un 20% en términos de acelerar después de frenar, lo que interfiere con la fluidez del tránsito.
Además, los usuarios de celulares, pese a usar indistintamente teléfono de mano, con audífono o manos libres, violaron las señales de tránsito tres veces más que los conductores sin distracción. Los que manejan hablando por teléfono no perciben el ambiente de conducción, ya que alrededor del 70% de la información visual no se procesa en lo absoluto.
En realidad, no es problema el tipo de celular, sino la conversación, ya que a ésta se le presta más atención que a la conducción y al entorno.
Es muy diferente hablar con nuestro acompañante, que tiene conciencia de la situación del tránsito, que hablar por teléfono mientras se conduce, ya que la persona que está al otro lado de la línea no tiene ni idea de lo que pasa en el camino.
Hay que comprender que, además del peligro que significa la falta de atención, el celular también limita la libertad de acción, lo que disminuye la habilidad de conducción. Por eso, la sugerencia es darle siempre la prioridad al manejo antes que a las llamadas. Si espera una llamada importante mientras conduce, deténgase en un lugar seguro para atenderla. En definitiva, no usemos el celular mientras estemos conduciendo.
En ellas también está demostrado, hasta científicamente, que conducir mientras se habla por teléfono produce dispersiones en la atención que aumentan entre cuatro y nueve veces el riesgo de accidentes.
En nuestro país, el artículo 48 de la ley de tránsito Nº 24.449 dice que está prohibido "conducir utilizando auriculares y sistemas de comunicación de operación manual continua", pero es algo que muchos conductores desestiman o desconocen, ya que, según las últimas cifras arrojadas por el gobierno porteño, las multas por conducir hablando por el celular ya ascendió al quinto puesto del ranking de infracciones viales.
Según el último informe de los investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de Utah, manejar hablando por teléfono resulta más peligroso que conducir ebrio. En las pruebas que se realizaron, los conductores que usaron teléfonos celulares fueron 5,36% veces más propensos a tener un accidente que los conductores sin distracción.
A los usuarios de teléfono les fue aun peor que a los que estaban ebrios, ya que hubo tres accidentes entre los que hablaban por teléfonos celulares y en todos chocaron con la parte posterior del vehículo de seguridad. En contraste, no hubo accidentes registrados entre los participantes que estaban ebrios ni en el grupo sobrio que no usó un teléfono celular.
Todas las investigaciones coinciden en que hablar por teléfono mientras se conduce reduce el tiempo de reacción en alrededor del 10% en términos del frenado y en un 20% en términos de acelerar después de frenar, lo que interfiere con la fluidez del tránsito.
Además, los usuarios de celulares, pese a usar indistintamente teléfono de mano, con audífono o manos libres, violaron las señales de tránsito tres veces más que los conductores sin distracción. Los que manejan hablando por teléfono no perciben el ambiente de conducción, ya que alrededor del 70% de la información visual no se procesa en lo absoluto.
En realidad, no es problema el tipo de celular, sino la conversación, ya que a ésta se le presta más atención que a la conducción y al entorno.
Es muy diferente hablar con nuestro acompañante, que tiene conciencia de la situación del tránsito, que hablar por teléfono mientras se conduce, ya que la persona que está al otro lado de la línea no tiene ni idea de lo que pasa en el camino.
Hay que comprender que, además del peligro que significa la falta de atención, el celular también limita la libertad de acción, lo que disminuye la habilidad de conducción. Por eso, la sugerencia es darle siempre la prioridad al manejo antes que a las llamadas. Si espera una llamada importante mientras conduce, deténgase en un lugar seguro para atenderla. En definitiva, no usemos el celular mientras estemos conduciendo.
Artículo escrito por Fernando Soraggi
Fuente: http://my.opera.com/KC743/blog/los-accidentes-de-transito-en-argentina
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3 comentarios:
Lucila, en esta entrada faltó tu aporte y análisis personal, además de los datos y el análisis de la nota.
Estoy de acuerdo con lo que sostiene el autor, Fernando Soraggi. Considero que uno al manejar debe ser totalmente responsable y consciente de lo que pasa a su alrededor.
El hecho de encontrarse hablando por celular a la misma vez que uno conduce provoca distracción, falta de atención en el entorno ya que se encuentra completamente atento a la conversación.
Me parece importante lo que señala Amit Almor (profesor adjunto de Psicología de la Universidad de Carolina de Sur) "Cuando la gente habla con alguien que no está presente, las partes del cerebro encargadas de procesar lo visual crean una representación mental del lugar en donde puede encontrarse la otra persona".
Por otro lado, una investigación publicada en el British Medical Journal indica que manejar y hablar por celular sube cuatro veces el riesgo de accidente. Incluyendo también al sistema de "manos libres". "No es sólo marcar un número telefónico o responder mensajes: lo que más distrae es la conversación. Nuestro cerebro sólo puede hacer determinada cantidad de tareas al mismo tiempo", advirtieron los expertos.
De este modo, se muestra claramente los riesgos a los que uno se somete por atender el celular mientras se maneja. En mi opinión, considero que no todas las personas que realizan este acto son conscientes de lo que provoca y podría causar.
Creo que este factor es nuevo en el transito ya que hace unos años esto no ocurria. Los choques se producian (y aun hoy tambien), por otros motivos ya sea el alcohol, el cinturon de seguridad, entre otros. Pero el uso del celular al volante esta incremnetando cada vez mas la cantidad de accidentes de transito. Cuando estemos manejando y suena el telefono, o no atendamos o digamosle que llame en otro momento o que cuando lleguemos a destino nos comunicaremos con el/ella.
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